El Dr.Simon brinda nuevas herramientas para el tratamiento de pacientes con narcisismo y psicopatía.

El doctor en psicología George Simon ha dedicado su vida al estudio y tratamiento de los trastornos de personalidad (narcisismo, psicopatía o trastorno antisocial, histriónico, borderline, etc.). Ya hemos comentado en este blog algunos aspectos de su libro “En piel de oveja”.  En esta entrada nos dedicaremos a compartir algunos puntos interesantísimos de su libro “Character disturbance: the phenomenon of our age” (Trastorno de personalidad, fenómeno de nuestro tiempo). Este libro apunta a los profesionales de la salud mental, aunque es igualmente esclarecedor para parejas, familiares, colegas y docentes de individuos con estos desórdenes tan destructivos para los que los rodean.

En esta obra intenta demostrar que las terapias tradicionales, que la mayoría de los psicólogos y psiquiatras han aprendido y utilizado en sus carreras con éxito en distintos desórdenes neuróticos  e incluso psicóticos, no funcionan en los desórdenes de personalidad tipo B. Por el contrario, tratar de aplicar estas terapias a estos pacientes es altamente contraproducente ya que el terapeuta puede terminar siendo un facilitador de sus conductas dañinas. Las aproximaciones terapéuticas tradicionales consideran que el paciente daña a los demás por un sentido de inferioridad que enmascara detrás de una creencia compensatoria de grandiosidad. Simon demuestra con casos, con estudios y con técnicas sofisticadas de diagnóstico que éste no es el caso. A excepción del narcisismo de origen neurótico traumático (que según su experiencia clínica su proporción es ínfima en comparación al narcisismo comúnmente llamado maligno) todos los que padecen los distintos trastornos de personalidad tipo B realmente piensan que son mejores que el resto de la sociedad y que las demás personas son solo peones en su juego de poder y hedonismo los cuales merecen el maltrato y el engaño por ingenuos. Tampoco mienten y engañan por miedo o vergüenza  al reconocerse distintos. Simon asegura: “Los terapeutas formados tradicionalmente, como también la mayoría de nosotros,  individuos relativamente neuróticos, solemos pensar que estas personas con desordenes de personalidad actúan así por miedos o inseguridades inconscientes. Estos temores o inseguridades simplemente NO EXISTEN en ellos. Se malinterpretan sus comportamientos y sus motivaciones.  Se  enfocan así sus desórdenes  en forma errónea. Muchas personas consideran inimaginable que haya seres que simplemente no caen dentro de patrones neuróticos comunes, aun los severos, lo que llamamos normalidad. Es así como los psicópatas logran atacar a sus víctimas sin que estos sean conscientes del daño porque se auto engañan al considerar que es imposible que estén lidiando con predadores sin corazón, desprovistos de toda empatía humana,”

Simon insiste en que los terapeutas que quieran mejorar la conducta y la empatía de estos individuos (Simon afirma que con terapias cognitivas conductuales se logran mejorías importantes dependiendo del diagnóstico del paciente) deberían olvidarse de intentar que el individuo se haga consciente de su desorden sin provocar angustia como lo harían con un paciente con otra sintomatología. Hay dos motivos por los cuales esto es erróneo:  primero, su mal comportamiento para con el resto del mundo no los angustia en absoluto  y, segundo, son plenamente conscientes de lo que son y de lo que hacen, tal es así que una característica común es que se jactan de ello. Sostiene: “es importante recordar que estos individuos con desórdenes de personalidad son plenamente conscientes de sus comportamientos problemáticos. No solo saben exactamente lo que están haciendo sino que también conocen sus motivaciones”.

Asegura que el enfoque terapéutico debe ser frontal, es decir partiendo desde la premisa que el psicólogo o psiquiatra sabe lo que su paciente hace, sus técnicas de manipulación, su desplazamiento de culpa sobre otros, etc. El terapeuta le hará notar esto poniéndole nombre cada vez que utilice alguno de sus trucos. El médico o psicólogo no se enganchará en ellos, preservándose y al mismo tiempo estará aplicando correcciones a su modo errático de pensar y proceder. Para ilustrar su punto, escribe sobre el caso de un médico  que entró a trabajar en el correccional en el que Simon era el líder del equipo. En uno de los primeros casos con el que trabajó, el joven psiquiatra se compadeció de la historia de abuso de una de las internas (que era falsa y  quien por cierto venía de una familia normal) y de sus trastornos de ansiedad masivos, de su depresión. El joven le recetó todo tipo de medicamentos dado su estado de desesperación. Cuando Simón  supervisó su caso, le explicó que esta paciente no sufría de ninguno de estos problemas. Días después el psiquiatra  comprobó como ella se burlaba de él frente a sus compañeros a los que les había vendido los medicamentos psicoactivos.  Simon insiste con la consciencia emocional y cognitiva que el terapeuta, o cualquier otra persona que tenga trato con ellos, debe tener para no caer en sus trampas: “Cometemos un gran error cuando presumimos que sus palabras de arrepentimiento o sus lágrimas de cocodrilo nacen del remordimiento. Algunas de estos trastornos llegan a ser tan severos que muchos fingen  convincentemente un arrepentimiento que parece real.”

El libro es muy completo. Hace una explicación detallada de la diferencia entre desórdenes neuróticos, psicóticos y psicopáticos que aclara cualquier duda que los que no somos especialistas podamos tener sobre ellos; brinda nuevas herramientas y enfoques terapéuticos para los trabajadores de la salud, incluyendo casos desgrabados muy interesantes; y deja una luz de esperanza para el tratamiento de muchos trastornos que si bien no son curables, sí serían mejorables aplicando las técnicas correctas que él sabiamente aclara son solo el comienzo y que nuevos enfoques son bienvenidos y necesarios por el impacto social que estos desórdenes tienen. Él, así como lo hace también Robert Hare, considera que un 40% de las depresiones y las ansiedades que la mayoría de la población sufre son atribuibles a abuso psicopático o narcisista no detectado. Si fuéramos conscientes de esto y tratáramos e investigáramos sobre el verdadero problema de base, mejoraría la salud de la  sociedad notablemente. Un libro altamente recomendable para especialistas en búsqueda de nuevos conocimientos como así también para las víctimas de estas personas con trastornos que todavía buscan respuestas a la triste experiencia vivida. Lamentablemente no parece estar traducido al español. Deseamos que alguna editorial tome nota de ésto dado que el libro ya lleva varias re ediciones en su idioma original por lo que creemos puede ser un éxito también en español entre los sobrevivientes que necesitan este material.

Lo que no debes hacer con un sociópata o narcisista

La única forma de romper el círculo de abuso de un psicópata o narcisista es el contacto cero o, en los casos en los cuales es imposible, contacto mínimo. Sin embargo, la gran mayoría de nosotros tardamos en ver el abuso y cuando lo logramos, intentamos todo tipo de estrategias antes de romper con ellos pensando que tal vez conseguiremos lo que es estadísticamente imposible: una relación con pautas medianamente normal. Estos son los errores más comunes que se comenten cuando se trata de “salvar” este tipo de relación:

  • Perdonar y exculpar al maltratador

Muchos de nosotros fuimos educados para perdonar, lo cual es realmente maravilloso y loable con personas que realmente se apenan por lo que han hecho y necesitan comenzar de nuevo. Sin embargo el perdonar es uno de los tipos de respuestas que más les encantan a los abusadores ya que con ellas se les concede la libertad de seguir maltratando. Ellos no entienden el perdón como un concepto espiritual elevado, lo ven como debilidad y estupidez de nuestra parte. El psicópata o narcisista jamás aprovechará la oportunidad que le brinda el perdón de su pareja o colega para hacer las paces y se vale de su buena voluntad (o su ingenuidad) para ser perdonado innumerables veces. Recuerda que sólo tenemos dos mejillas y, el maltratador, infinidad de puños.

  • Ignorar al sociópata

La idea es en este caso, seguir conviviendo con él/ella pero evitar reaccionar verbal, gestual o emocionalmente frente a cualquiera de sus conductas. Esta estrategia puede ser efectiva solo si nos vemos obligados a tener algo de contacto con ellos luego de la ruptura cuando hay hijos o trabajo de por medio (se la conoce como método de piedra gris), no así cuando todavía estamos involucrados con ellos. Ignorar a un narcisista puede causarle irritación y agresividad cuando comprueba que no reaccionas a sus provocaciones (“¡A mi no me ignores!”, “¡Te estoy hablando!”, “¡No me des la razón como a un loco!”). Recordemos que los abusadores necesitan que se les siga el juego, y se ponen muy nerviosos cuando no se lo hace. Si estás todavía con él o ella no podrás controlarlo.

  • Negar la existencia del maltrato o restarle importancia.

Muchos te habrán dicho que para lograr que mejore su conducta tendrías que brindarle refuerzos positivos cuando él/ella sea bueno contigo y por el contrario ignorarlo cuando te desvalorice, manipule o mienta. Este método es genial cuando entrenas a tu Ovejero para que no ladre a las visitas pero es inútil y hasta peligroso cuando lidiamos con hombres y mujeres con desórdenes de personalidad tipo B. La negación del abuso psicológico o verbal entusiasma a cualquier maltratador, así como a todo tercero dispuesto a lavarse las manos. Si no hay maltrato, por lo tanto no hay maltratador y, por lo tanto, no hay responsable alguno: ¡Vía libre! Demorar la aceptación de la realidad abusiva es más cómodo…para ellos (sus auxiliares en el juego del abuso) y para el maltratador. Tú pierdes con ella.

  • Intentar ayudar o cambiar al narcisista o psicópata

Cualquier intento o esfuerzo por mejorar la situación emocional o psicológica de un abusador siempre acaba resultando en el más rotundo fracaso, porque a éste no le interesa cambiar. No importa cuan dulce seas, cuantas conversaciones tengas, cuantas cosas dejes de lado por él/ella, cuantos cursos de manejo de emociones o terapias de pareja hagas, no puede ni quiere cambiar. Por otro lado esperar a que un sociópata reconozca sus errores, así como esforzarse para conseguirlo, resulta una tarea inútil. Primero, porque todo maltratador se considera demasiado perfecto como para cometer errores. Segundo, porque lo que el abusado considera grave maltrato, para el abusador directamente son culpa de la víctima (“me involucré con esa persona porque tú no quieres tener sexo dos veces al día, ya no me quieres, no te atraigo o eres un/a frígida/impotente”). Cuanto más tiempo pases a su lado, más difícil te será apartarte y lamentarás no haber utilizado todo ese tiempo y esfuerzo en tu crecimiento como persona.

  • Responder agresivamente

Si bien es entendible que puedas perder la paciencia cuando te dice que no sabe donde quedó el dinero de TUS ahorros o lo pillas siéndote infiel y lo niega en tu cara, trata de no gritar o insultarlo. El abusador quiere que te dejes llevar por sus provocaciones para poder decir que la persona enferma y maltratadora eres tú.

El mayor sentido positivo de reaccionar con una agresión -si es que existe alguno- es la simple descarga emocional. Pero ni siquiera ello resulta demasiado ventajoso, ya que el alivio inicial de las tensiones siempre vuelve a recargarse tras la contra-venganza del psicópata o narcisista que siempre es implacable. Si lograste sacarle la máscara y decírselo en la cara, o lo expusiste frente a los demás sabrás de lo que hablamos cuando nos referimos a la “ira narcisista”. Allí no quedan dudas que su seducción y don de encanto no existieron nunca. Te parecerá que estás pasando una temporada en el infierno. Tenemos que admitir que ser testigos de su furia tiene un costado positivo: si tenías disonancia cognitiva, si no sabías si creer al engañador o al seductor, luego de estos episodios no te quedarán dudas. Aquellos que al no hacerle frente no conocieron esa faceta sufrirán pensamientos y emociones encontradas por mucho más tiempo. Sin embargo se habrán librado de una campaña de difamación más intensa que en el común de los casos e incluso de una escalada creciente de violencia verbal y amenazas.

  • Establecer alianzas dudosas

A menudo existe la natural tentación de buscar apoyo en otras personas para así poder ejercer más presión sobre el sociópata para que te respete aunque no más sea por miedo a la reprobación del entorno. Pero ten cuidado porque si las alianzas se dan con personas que él/ella puedan manipular hay altas probabilidades de que se vuelvan en tu contra. Recuerda que ellos son maestros del engaño e inventarán cualquier cosa para torcer tus argumentos o incluso usarán mentiras preventivas para que cuando te decidas a hablar sobre el abuso que padeces no te crean (ejemplos típicos: “mi esposa está medicada e imagina cosas, díganle a todo que sí, ya pasará y volverá a ser la mujer que amo” “en la familia de mi novia hay varios diagnosticados como mitómanos, me apena todo lo que ella tiene que pasar con esa gente”)

No estamos diciendo que calles el maltrato por miedo a que otros no te crean. Todos aquellos que desafían el status quo sufren una primer etapa de descreimiento, hostigamiento y de burla (¿Te acuerdas de Galileo?). Si te has dado cuenta de lo que te sucede no debes guardar silencio. Debes hablar para romper con el ciclo de abuso. Desde este blog consideramos que es positivo que cuentes tu verdad ya que los que hoy no te creen, lo harán mañana. Es un hecho que el psicópata o narcisista seguirá haciendo lo mismo con otros, generalmente con quienes fueron sus marionetas en su juego contra ti. Ese día recordarán lo que has dicho y, aunque no te enteres, validarán tus dichos. Lo que te recomendamos es que seas cauto y busques ayuda real en aquellas personas que claramente te conozcan desde siempre y que además presenten una mínima posición de poder sobre el maltratador para hallar un apoyo defensivo realmente útil y que, en paralelo, te ayuden a dar los primeros pasos al abandonar a tu pareja (legales, económicos, logísticos y emocionales).

  • Perder las esperanzas y no ver una salida

Cuando las víctimas de abuso no lo logran ver con claridad (no por incompetencia sino porque el maltratador las convenció de que ellas son el problema a través de técnicas de “gaslighting”), muchas víctimas recurren al uso de substancias o medicamentos para sobrellevar los síntomas que provocan estas relaciones (insomnio, desfasajes hormonales, ataques de pánico, úlceras, etc.); otras recurren a una ingesta desorganizada de alimentos (por exceso o por carencia), otras a cualquier tipo de actividad compulsiva (juego, cirugías plásticas), otras -simplemente- se dejan morir en vida (depresión crónica). Ciertamente, el maltrato psíquico debilita la voluntad de seguir viviendo normalmente y, ante la imposibilidad de encontrar una salida para un sufrimiento del que se ignora cómo escapar, hasta la más férrea de las voluntades puede verse llevada a la desesperanza.

Las víctimas suelen desconocer que todo proceso de maltrato psíquico deteriora el uso óptimo o adecuado de las capacidades intelectuales (tanto la inteligencia como la memoria) y afectivas (el amor propio, la voluntad, la alegría, etc.). El abuso psicológico obliga a no pensar con claridad, a olvidar aquello por lo que se lucha, a cometer gravísimos errores que en otro momento o en otras circunstancias la persona abusada jamás cometería porque sabría claramente que su conducta se trata de un error, una locura y -sobre todo- una terrible injusticia para consigo misma. La finalidad de este blog es ayudar a identificar el abuso, la violencia psicológica, la erosión identitaria y la disonancia cognitiva para que las parejas, familiares o colegas de narcisistas y psicópatas dejen de ser víctimas y se conviertan en personas libres, sanas y felices.

Una de las mayores satisfacciones para un maltratador consiste, precisamente, en lograr la destrucción total de su víctima sin que él parezca el verdadero responsable, es más, goza diciéndole hasta último momento que la ama mientras la hace añicos por detrás. Quienes hemos logrado entender sus estrategias siniestras no les vamos a dar el gusto. No les vamos a permitir más manipulaciones, desvalorizaciones, calumnias y engaños. Vamos a crear consciencia sobre el tema, vamos a hacer prevención. Un día, estos vampiros emocionales se encontrarán con una sociedad madura que no les consienta sus caprichos ególatras y su violencia emocional, se encontraran con hombres y mujeres que a los primeros síntomas de abuso o manipulación les darán vuelta la cara, con empresas que tendrán recursos técnicos y legales para identificarlos y despedirlos, con organismos que orienten a las víctimas para que se corran de la esfera de influencia abusiva. Ese día descubrirán que no tienen más presas que atacar, ni emociones que robar y se van a aburrir mortalmente con su vacío interior. Tal vez entonces se vean obligados a jugar según las reglas (esas reglas de las que creían estar exentos por su demente sentido de grandiosidad) que una sociedad sana ha consensuado para todos.

¿Fuiste su objetivo de transición? Abuso express

Muchas personas que se relacionaron con psicópatas o narcisistas comentan que fueron abandonadas de forma cruel y abrupta luego de un romance breve que pensaron iba a ser importante; además que las etapas de idealización, devaluación y descarte fueron mucho más cortas que en la mayoría de los casos que se conocen habitualmente. Totalmente devastados, como si hubieran estado con ellos años en vez de meses, sienten que se convirtieron en material de descarte rápido por lo que piensan (erróneamente) que “ni siquiera fueron lo suficientemente buenos/as para que sus parejas sociópatas se esforzaran en retenerlos algo más de tiempo”. Por favor, esta forma de pensar solo surge del daño que esta relación provocó en tu autoestima. Recuerda que estar lejos de tu ex es una bendición y que lo que te sucedió es algo bastante común y no tiene nada que ver contigo: fuiste su objetivo de transición.

Los sociópatas están siempre en la búsqueda de nuevas aventuras y material fresco para obtener sensaciones y robar las emociones que no tienen. Por lo tanto si te ocurrió algo parecido a una relación abusiva pero “express” puede que tu expareja estuviera entre dos relaciones “estables” (para ellos “estable” significa tener a una persona que les sea cómoda, que no sospeche demasiado, que sea fácil de manipular y que les brinde la fachada de normalidad ante la sociedad para seguir con sus juegos en paralelo); o simplemente fuiste alguno/a de sus amantes transitorios/as a quien convenció de iniciar una relación insistiendo en que su matrimonio era un fracaso y que su cónyuge no le prestaba atención. En cualquier caso durante la fase de bombardeo amoroso no se esforzó tanto como con otras víctimas a las que sí consideró con potencial para perdurar en el tiempo. Con ellas usaron recursos inimaginables para que, luego, en la etapa de devaluación, la disonancia cognitiva de la víctima fuera mayor y no les resultara sencillo abandonarlos presas del síndrome de Estocolmo doméstico. Digamos que un objetivo de transición no es alguien de menor valor ante sus ojos sino de mayor valor pero, paradójicamente, con ellos utilizan muchos halagos y sexo pero les ofrecen pocos regalos o salidas ya que no les parece que valga la pena “invertir” mucho dinero en algo que saben será efímero. De un día para otro, les mostrarán su peor cara y los abandonarán sin remordimientos ni explicaciones culpándolos de todo lo imaginable para ir en pos de otra persona. Han reclutado a la “victima permanente” a la que exhibirá en todos lados como “el amor de su vida” y a la que colmará con regalos, cenas y viajes.

Ellos te eligieron porque eras perfecto/a para lo que necesitaban: admiración de una persona inteligente y perceptiva. Sí, leíste bien. Los objetivos de transición son para ellos una droga más potente y sofisticada. Buscan amantes que podrían fácilmente descubrir sus juegos. La sensación de riesgo que obtienen con una persona tan empática los excita sobremanera. Los narcisistas y psicópatas “se establecen” con personas que no vean la maldad y que fueron criadas para hacer sentir bien a los demás. Para obtener “colocones” transitorios buscan gente muy independiente e intuitiva, por un lado porque son estimulantes y,por otro, porque les da un placer extremo engañar a personas con esas características, les encanta observar el sufrimiento de alguien que se da cuenta que está siendo victima de juegos mentales pero no logra correrse de la situación. Obviamente, a este tipo de amantes sensibles y despiertos no los pueden conservar por mucho tiempo ya que estas personas una vez que descubren lo que hay detrás de sus máscaras son quienes los pueden exponer públicamente sin tapujos y desbaratar su prolija vida de mentiras y daño emocional.

Lo bueno de este proceso acortado es que no fuiste sometida/o a una fase larga de devaluación, violencia psicológica y abuso emocional. No obstante te sientes igual de destruido/a que alguien que pasó años con él/ella. ¿Cómo puede ser? El problema es que no tuviste tiempo de ver que te estaban por apuñalar por la espalda y tampoco pudiste asimilar un amor tan intenso y un descarte tan horroroso en cuestión días. Tu mente dolorida trata de comparar esta información con otras experiencias vividas y nada se parece, nada tiene sentido, todo parece salido de un cuento de terror. Deberás tenerte paciencia. Todos los estudiosos del tema concuerdan en que recuperarse de este tipo de abuso lleva entre uno y dos años hayas compartido dos meses o veinte años de tu vida con ellos.

En otras palabras, los psicópatas y narcisistas se aburren con aquellos que no les representan desafíos pero al mismo tiempo los necesitan como suministro. Para variar sus rutinas buscan objetivos de transición para tener otro tipo de estímulo. Realmente lamentamos si tu fuiste el/la elegido/a para este juego sádico. En probable que hayas vivido en corto tiempo un romance que fue muy intenso en el que tu expareja se quedó con lo mejor de ti y te dejó vacío/a preguntándote si el problema no serás tú, ya que después de todo, él/ella formalizó luego con su próxima victima. No te confundas, se estabilizó con esa nueva persona porque sabe que va a poder abusar de él o ella por mucho más tiempo, va a destruirla lentamente. Contigo tenía que ir rápido de lo contrario no te hubiera podido engañar, te hubieras dado cuenta y, dada tu naturaleza más rebelde, podrías haberlo complicado si sacabas a la luz su doble (triple/cuádruple) vida.

En el fondo, ellos sienten un amargo respeto por aquellos que no son fácilmente manipulables, aquellos que logran verlos tal cual son, sean objetivos de transición o de largo plazo pero que descubrieron la verdad. Si tú estás leyendo esto es porque lo lograste. Eres lo que nunca podrán tener ni ser. La partida terminó, y aunque no lo creas, tú la ganaste.

Tratarán de hacerte dudar de tu cordura. Erosión de identidad y “gaslighting”.

Una de las técnicas más abusivas que utilizan los sociópatas y narcisistas es la de hacerte pasar por loca/o. Este abuso se conoce como “gaslighting”. El “gaslighting” es una forma de violencia psicológica y lavado de cerebro que consiste en presentar información falsa o incompleta para hacer dudar a la víctima de su memoria, percepción y cordura. Esto puede ir desde simples negaciones por parte de los abusadores de que determinados eventos hayan ocurrido hasta la escenificación de situaciones extrañas para desorientar a la víctima.

El término “gaslighting” proviene de la obra Gas Light  (conocida como Angel Street en Estados Unidos) y sus adaptaciones al cine. El argumento trata de un hombre que intenta convencer a su mujer de que está loca, manipulando pequeños objetos de su entorno e insistiendo constantemente en que ella está equivocada o está padeciendo lagunas de memoria cada vez que ella menciona estos cambios. El término parte de las lámparas de gas (gas light) que el marido usa en el ático mientras busca el tesoro escondido. La mujer avista dichas luces, y él le insiste en que no son más que delirios.

El término es ahora usado profusamente en literatura clínica psiquiátrica. Comenzó a ser utilizado coloquialmente desde la década de 1970 para describir esfuerzos de manipular el sentido de realidad de alguien. Los psicópatas y narcisistas utilizan esta forma de abuso en forma permanente y de ésta manera logran que se produzca la erosión del sentido de identidad de sus parejas (o colegas en el ámbito laboral).

Algunos ejemplos de “gaslighting” por parte del abusador:

  •        Fingir no comprender lo que le dice su “presa” y negarse a escuchar
  • Cambiar las fechas de eventos y decirle a su pareja que entendió todo mal.
  • Negar lo que dijo, incluso lo que dijo minutos atrás. Luego acusará a la víctima de no escucharlo nunca.
  • Cambiar de tema diciendo que no quiere volver a tratar ese asunto (aun cuando jamás hayan conversado sobre el mismo)
  • Negar sucesos verídicos delante de compañeros, amigos y familiares para que también duden de la percepción de su pareja o colega.
  • Acusar a la parte abusada de tener una imaginación desbordada y de vivir en las nubes.
  • Acusarla/lo de ser celoso, posesivo, demandante cuando nada de eso es cierto (tratan de hacerlo frente a testigos que no podrán corroborar la historia)
  • Tratar de aislar a la víctima diciéndole que cree más en lo que dicen los demás que en lo que él dice. Fingirá sentirse dolido y traicionado.
  • Devaluar lo que su pareja dice o hace diciéndole que sus opiniones son ridículas o infantiles. Llegan a decir cosas como “¿No viste la cara que todos pusieron cuando tú comenzaste a hablar de política? Yo te lo digo por tu bien, porque te quiero, no te vuelvas a poner en ridículo delante de ellos”
  • Negar cosas que prometieron. “Yo jamás te prometí/dije eso”.
  • Acusarla de tener mala memoria. “Si siempre olvidas dónde dejas las llaves ¿Por qué habría de confiar en lo que me dices ahora?”
  • Esconderle cosas a su pareja, o incluso cambiárselas de lugar y luego decirles “pero si tú la habías dejado allí”.

Según el Dr. en psicología Robin Stern si siempre estás  disculpándote con tu pareja, jefe o amigo; si te preguntas si no estarás estresada; si tienes que excusar ciertos comportamientos de tu novio a tus familiares; si a pesar de que tienes todo en la vida estás triste y angustiada en forma difusa,; si te cuesta tomar decisiones; tienes miedo de que te evalúen mal en el trabajo a pesar de dar lo mejor de ti o piensas que tal vez tienes síntomas de una enfermedad neurodegenerativa; primero evalúa si no estás siendo víctima de un psicópata, sociópata y narcisista en el ámbito doméstico o laboral.

gaslighting

Carta de un psicópata o narcisista a su víctima

En el caso de que los sociópatas, psicópatas integrados y narcisistas lograran dejar de mentir esto sería lo que te escribirían.

 

Hola, me presento, soy un, hombre (aunque también podría ser una mujer), mi edad no importa, podría tener cualquier edad. En realidad soy el hombre que crees que te conviene, culto, amable, educado, encantador, divertido, de físico agradable, con una posición en la vida. No vas a poder creer la suerte que tienes de haberme conocido. Soy tu alma gemela.

Ahora te sientes sola, seguramente eres muy vulnerable y aunque no lo quieras reconocer estás deseando amar y ser amada. Yo te voy a seducir. Voy a convertirme en ese hombre que tu quieres que sea. Te colmaré de atenciones, te trataré cómo a una reina. Voy a hacerme imprescindible en tu vida. Seguramente habrán cosas de mi que no te cuadren, pero tu ilusión por sentirte acompañada las borraran automáticamente de tu mente.

En realidad soy un sociópata, un narcisista. Necesito nutrirme de tus sentimientos para poder sobrevivir. Te necesito, pero sólo por un tiempo, hasta que me canse de ti. No es nada personal, llegará un momento en el que ya no me interesarás. Y entonces me convertiré en un ser irreconocible para ti, pero ya estarás tan apegada a mi que serás incapaz de reconocer que nunca te he querido y que sólo has sido para mí, como el agua para el sediento, una vez saciada la sed, encontraré miles de fuentes en las que saciarme. ¡Hay tantas personas necesitadas de afecto en este mundo! Para mi no es difícil. Una vez me haya librado de ti luego de mentirte, engañarte y de hacerte dudar de tu percepción, buscaré otras incautas. Eso no es ningún problema.

Te será muy difícil olvidarme. Porque lo que vivirás junto a mi nunca será real. Ni siquiera tus sentimientos hacia mi son reales. Todo es mentira, y no te gustará reconocerlo,  y si logras ver quien soy muchos no  creerán que yo pueda ser ese monstruo que describes. Te quedarás llorando, intentando entender que ha pasado, intentando reconquistarme u olvidarme, qué estupidez si nunca me conquistaste, no lograrás recordar que fui yo el que te seduje, olvidarás tu resistencia inicial.

Acabarás aburriendo a todo el mundo con tu patetismo. Con tus lágrimas y tus problemas. Pensarán que estás obsesionada por una mala ruptura. No entenderán que yo he socavado y erosionado tu identidad, que te he manipulado hasta hacerte cambiar la química cerebral. Cada vez te sentirás más hundida y más sola.

Y sólo podrás salir del agujero en el que te has metido, cuándo te des cuenta de que en realidad nunca me has querido. Qué aquel del que creíste estar enamorada no existió salvo en tu imaginación.

 

Cuándo descubras eso podrás seguir adelante, pero necesitarás tener un par de ovarios para reconocerlo. No todos estamos preparados para entender la psicopatía. Hay muy poca información al respecto y eso a nosotros, los vampiros emocionales, nos sirve. Hay que ser muy valiente, pero no sé si tú serás este tipo de mujer, y francamente no me importa. Nunca me importó.