La lástima y la culpa son técnicas de manipulación psicopática y narcisista

Al principio de una relación con un psicópata te mostrará sus encantos, su inteligencia, su sentido del humor, su “fascinación por ti”. También, te contará algo triste, con un tinte heroico, por ejemplo, “éramos muy pobres y tuve que salir a trabajar a los trece años para cuidar de mis hermanitos, y con mucho esfuerzo llegué a ser quien soy”. Cuando escuchas eso, no puedes evitar sentir admiración, sientes deseos de protegerle, claro, todos los humanos con empatía nos conmovemos con historias de superación y resiliencia, cuando son ciertas; el problema es que psicópatas y narcisistas utilizan estas historias para ganarse nuestra confianza y cariño. Estas historias ficticias son el comienzo de un show de lástima y culpa con el que manipulan a los demás.

En la fase de idealización, solo utilizan la lástima, para mostrarse como héroes o heroínas, como incomprendidos o incomprendidas de buen corazón, pero por el momento, como están tratando de conquistarte, de echar raíces en tu cerebro, no utilizarán la culpa en tu contra, se abstendrán de hacerlo, por un tiempo. Cuando tú ya estás muy enganchado/a en la relación comenzará a triangularte, a devaluarte sutilmente, y no solo seguirá dando lástima, con lo que sea (sus ex parejas están mal de la cabeza, su madre le pegaba, su jefe le grita, el mundo está en su contra), sino que utilizará la culpa para manipularte y mucho, aquí tienes una serie de ejemplos:

• Quieres explicaciones sobre la mujer/hombre con la/el que lo viste muy acaramelado/a y te culpa de ser una persona desconfiada, como su madre, y que lo lastimas con tu paranoia. Terminas pensando que tal vez tiene razón, que tal vez eres mal pensado/a, te castigas. No vuelves a mencionar el tema aún cuando esta misma escena se vuelve a repetir.

• Le pides que te devuelva el dinero que tenías separado para el cumpleaños del niño, y te monta una escena diciendo que eres materialista y egoísta. El dinero nunca vuelve, pides prestado a tu madre para hacerle la fiesta al hijo de ambos.

• Se pone violento/a y golpea tu ordenador portátil, le aclaras que no vas a soportar violencia, pero te acusa a ti de ver violencia en donde solo hubo “nerviosismo”, y ese “nerviosismo” se lo provocas tú cuando no entiendes que necesita estar solo/a. Preguntas a tus amigos/as qué piensan al respecto y te dicen que tal vez actúa así por los traumas de su infancia, esos que convenientemente fabuló al comienzo de la relación para utilizar ahora. Tus amigos/as no saben nada de psicopatía y narcisismo, le dan el beneficio de la duda. Tú también.

• Necesitas romper con tu padre o madre porque te das cuenta que no te quieren, que todo lo que haces, según ellos, está mal; pero cuando logras juntar algo de dinero para mudarte, te acusan de dejarlos cuando ellos están TAN enfermos (esa enfermedad tan grave que dicen tener no es más que un poco de artrosis en la rodilla). Te quedas viviendo allí por un tiempo más hasta que cure (no va a “curar” nunca)

• Tu colega quiere que lleves adelante un proyecto que debería hacer él/ella, tú le aclaras que estás en otro proyecto, te dice que eres muy mezquino/a porque tiene a su tía abuela con cáncer y no tiene tiempo para hacerlo, que si le ayudas en un futuro te ayudará. Terminas haciendo su trabajo, tu colega toma todo el crédito, y jamás te ayudará con nada que necesites.

Cuando tú finalmente te das cuenta de que tu colega/pareja/familiar es un/a psicópata integrado/a o un/a narcisista, cada una de estas situaciones vuelven a tu memoria, te sientes burlada/o, te torturas pensando en cómo se estaría riendo a tus espaldas, sientes el abuso con retraso, te desplomas, no sabes por dónde comenzar a reconstruir tu vida, tu auto estima, tienes también mucha rabia, deseos de justicia. Todo eso es normal, estás poniéndole nombre a lo que pasaba, y es un proceso doloroso, pero necesario para recuperarte. Permítete sentir todas esas emociones que habías desplazado para no “molestar” a tu psicópata o narcisista, pero no dejes que te consuman, pide ayuda, habla, no dejes de hablar, vuelve a confiar en ti, en tu valor.

En paralelo, traza estrategias para que nadie, nunca más, te vuelva a manejar con lástima y culpa. Hay libros excelentes para aprender a lidiar con situaciones en las que nos presionan para que hagamos lo que estas personalidades quieren como “Manipuladores” de Adolf Tobeña y “Manipulation: Learn to spot and avoid manipulation as an empath” (Manipulación: aprende a detectar y a evitar la manipulación siendo empático) de Jacob Greene. Asimismo, tienes que aprender a usar, sin que te pese, una palabra que aleja a este tipo de gente: “NO”.  Por supuesto que cuando le digas: NO te creo, NO es cierto, NO me importa lo que digas de mí, NO lo haré, NO me quedaré, te criticará y difamará, pero si te quedas, cuando te descarte, aún cuando hayas hecho todo lo que te pedía, también te criticará y te acusará de ser una mala persona, es más, se hará pasar por tu víctima. Entonces, es preferible alejarte antes de que tú pierdas demasiado en esa relación.

ShivaShakti 2019